UNIVERSIDAD
PEDAGÓGICA NACIONAL
MAESTRÍA EN
EDUCACIÓN
Seminario: Estereotipos
en la llamada ‘investigación educativa’. Exploración en documentos producidos
por maestros
Tipo: Investigativo común
Modalidad: Virtual
Profesor: Guillermo Bustamante Zamudio
El IDEP (Instituto de investigación y desarrollo pedagógico
del Distrito Capital) hace anualmente una convocatoria para incentivar la
investigación y la innovación de los maestros del Distrito Capital, en todas
las áreas del programa escolar, en asuntos transversales e, incluso, en asuntos
administrativos. La evaluación de las propuestas corrió durante mucho tiempo a
cargo de Compensar; y, desde hace unos años, es realizada por la Universidad
Nacional. Yo he sido invitado durante dos años como evaluador de las propuestas
en el área de lenguaje, tanto en investigación como en innovación.
En el marco de las búsquedas del grupo de investigación,
tenemos previsto analizar investigaciones de estudiantes y profesores, cursos
de metodología de la investigación, libros de texto, material de divulgación
científica, entre otros. En ese sentido, el CIUP nos aprobó, para la vigencia
de 2014, una propuesta para revisar las tesis que, durante dos semestres,
presentaron los estudiantes de una licenciatura de la Universidad Pedagógica
Nacional; aprobada esta investigación en el CIUP, propuse un curso virtual en
la Maestría en Educación; así, la investigación que íbamos realizando, se iba
discutiendo con los estudiantes de la Maestría, a través del blog http://investigareneducacion.blogspot.com
Dado el contacto que he tenido con los documentos remitidos
por los maestros con el fin de optar a los incentivos, presentamos al IDEP una
propuesta para hacer una investigación sobre este corpus, entre las dos
instituciones (UPN e IDEP), pero no se pudo concretar el convenio, por asuntos
administrativos. En consecuencia, la propusimos al CIUP, para la vigencia de
2015.
En relación con la autorización para el uso de los mencionados
materiales, el IDEP dejó en manos de la Universidad Nacional la decisión y ésta
lo autorizó, teniendo en cuenta que, desde la perspectiva de nuestra
investigación, se trata de caracterizar unas tendencias de época y, en
consecuencia, no interesa hacer mención al concurso, ni a los nombres de los
maestros o de las instituciones educativas a las que pertenecen.
Revisados los documentos de los maestros, se revela en la
gran mayoría de ellos una serie de estereotipos en relación con la llamada
“investigación en educación”, como los siguientes:
·
Las categorías son temas entresacados de la
información obtenida para hacer la investigación.
·
No se llevan conceptos a la investigación, sino que se
perciben en la problemática investigada.
·
La investigación se hace para transformar algo.
Específicamente, es necesario investigar en educación en tanto es necesario
transformar la escuela.
·
La investigación debe tener en cuenta a las personas
involucradas con el objeto de investigación; en nuestro caso, en tanto se trata
de investigar la educación, se trata de involucrar a maestros, estudiantes,
padres… Asuntos como consultar con tales personas, desde los objetivos de la
investigación, hasta la formulación de los resultados.
·
El lenguaje de los investigadores no debe reñir con el
lenguaje de las personas ligadas a la educación.
·
La investigación da sentido, resignifica.
·
Los objetos no soportan investigaciones desde una sola
disciplina; la investigación forzosamente ha de ser “inter-disciplinaria”.
Estos y otros estereotipos, que ya fueron encontrados en las
tesis de los estudiantes de pregrado, serán discutidos uno a uno desde la
perspectiva de la investigación propia del campo de producción simbólica que intenta
formalizar estructuras subyacentes. Ahora bien, “investigación” es un término
que sirve en todos las esferas de la praxis humana, para referirse a la
búsqueda respectiva. Sin embargo, la investigación de la que se trata en la
maestría acota mucho más ese ámbito, aunque no acaba de ser preciso ni es
esperable una definición institucional al respecto.
El referente teórico para discutir estas ideas que
consideramos estereotipadas, será la reflexión epistemológica a partir de
autores como Bachelard, Badiou, Barthes, Bourdieu, Charlot, Foucault,
Hjelmslev, Weber.
Respectivamente, se desarrollarán las siguientes ideas:
·
Las categorías son productos teóricos con los que se
acota el objeto, de manera que sus límites ya no resultan aprehensibles por la
sensibilidad, sino por la inteligibilidad. Así, no se pueden sacar categorías del
corpus, sino que el corpus se explora con categorías.
·
Se investiga en la medida en que se tiene una
perspectiva teórica. Para el ser humano, es imposible aproximarse a la realidad
de manera directa. De manera que, cuando creemos no tener conceptos para
aproximarnos a la problemática investigada, de todas maneras estamos llevando
nociones de las que no podemos dar cuenta en la medida en que creemos ir libres
de conceptos. Así, la libertad evocada en realidad acusa una cautividad
inaccesible a la comprensión, toda vez que se reputa a sí misma como
indeterminada.
·
Entre la transformación y la investigación que hace un
campo de saber hay una relación, pero no es la de la aplicación. Lo que un
campo de saber hace, al modelar, es una selección, una reducción, si se quiere.
Lo que el campo de la aplicación hace, en cambio, está tensionado por asuntos
distintos. Son tan distintos estos campos que hoy en día no ubicamos la
tecnología y la ingeniería en el campo de la ciencia. La transformación tiene
que arreglárselas muchas veces con asuntos que la investigación hace de lado. El
horizonte de la ciencia no es la singularidad, aunque intente dar cuenta de
ella. Así, la ciencia no se hace para transformar, sino para saber; y con sus formalizaciones
se puede hacer el puente (que habría que explicar) con los asuntos de la
aplicación.
·
Investigar la educación no tiene como asunto
transformar la escuela, pues eso sitúa, como presupuesto, lo que tendría que
ser conseguido por la investigación misma: a saber, que a la escuela le faltan
cosas, que no funciona bien, etc. ¿Cómo saberlo antes de hacer la
investigación? Con todo, estos asuntos a transformar presuponen un modelo de
escuela en un campo como el político, donde no se trata principalmente de
conocer, sino de prescribir… y la prescripción usa el saber a su amaño, lo
recontextualiza.
·
Cuando pensamos que la investigación debe involucrar a
las personas que tienen que ver con el objeto de investigación, puede que estemos
confundiendo lo que significa la expresión “objeto de investigación”. Ésta
sería reemplazable por la expresión “asunto a investigar” el cual, por supuesto
puede incluir personas. De manera que introducir ‘sujeto’ con el ánimo de
reivindicarlo frente al ‘objeto’ es producto de una incomprensión. Y peor es
decir “sujeto de investigación”, pretendiendo expresar la idea de que se
investiga al sujeto. Hay una segunda fuente de esta pretensión: la idea de
proceder, en relación con el otro, de una manera consecuente desde una perspectiva
ético-política. Pues bien, no se trata de asuntos excluyentes, pero tampoco se
trata de la misma cosa. La antropología, por ejemplo, tiene que ver con
sujetos, pero sus resultados –la formalización de las estructuras del
parentesco, por ejemplo–, están al alcance de los que manejen el campo teórico
de la antropología, así sean sujetos pertenecientes a las comunidades que
fueron investigadas; pero pertenecer a esas comunidades, no da acceso a la
investigación antropológica correspondiente o a sus resultados. Con todo, eso
no quiere decir que haya que proceder con la comunidad de manera excluyente,
que el estudio sirva para condenarlos a una situación de dominio, que no se
busquen mecanismos para realizar nuestros propósitos ético-políticos, que no se
hagan socializaciones (que forzosamente han de ser recontextualizaciones). De
nuevo, se trata de cosas relacionadas, pero distintas. El problema es que
confundirlas, de un lado, bendice la perspectiva ético-política, siendo que
ella requiere su propio espacio de legitimación; y, de otro lado, transforma la
investigación en una intervención que no soporta objeción, dada la bondad del
propósito.
·
Si el lenguaje de los investigadores no se
diferenciara del lenguaje de las personas pertenecientes a las comunidades
investigadas, no se ve cuál sería la especificidad del investigador. Y no es que
deba tenerla, pero estamos hablando de quien dice hacer investigación en
relación con la ciencia. Éste puede hablar como habla la comunidad (a veces incluso
pertenece a ella), pero, para hablar como él, en tanto persona capaz de hacer
enunciados de la disciplina, la comunidad tendría que acceder a la disciplina.
La diferencia es de lenguajes, no de sujetos; en principio, nada impide ponerse
en relación con una disciplina, pero si hay asuntos sociales que lo dificultan,
no podemos confundirlos con los asuntos propiamente disciplinares. Y las
disciplinas están ubicadas en contextos específicos, sí, pero –como explica
Bourdieu– se trata de una práctica que intenta trascender el contexto.
·
La investigación no da sentido, no resignifica. En
muchos casos, vemos que su efecto es más bien el de la reducción del sentido.
El algoritmo, por ejemplo, no se presta para asignar sentido (Copérnico le cayó
la boca a las estrellas). Cuando la lingüística investigó la lengua, encontró
que ella era “pura forma”, que la estructura no tiene sentido y que éste
proviene más bien de la elucubración de los hablantes. Podríamos decir que la
investigación, cuando se ocupa del sentido, describe la matriz que lo hace
posible (Eliseo Verón).
·
Si bien es cierto que los objetos concreto-reales
pueden ser segmentados y conectados de maneras distintas, de acuerdo con las
categorías que los intentemos comprender, no resulta de esto que estemos
obligados a acuñar un concepto como el de “investigación inter-disciplinaria”.
Al contrario, esas delimitaciones diferentes configuran objetos distintos (el
punto de vista crea el objeto: Ferdinand de Saussure). La idea de idéntico
objeto se hace desde la sensibilidad. Desde la inteligibilidad de la teoría, no
podemos hablar del mismo objeto abstracto-formal, aunque el soporte sea el
mismo (hasta cierto punto) objeto concreto-real.
Bibliografía
Bachelard, Gaston [1940]. La filosofía del no. Buenos Aires: Amorrortu, 1984.
Badiou, Alain [2007]. “Prefacio a
la nueva edición”. En: El concepto de
modelo. Buenos Aires: La bestia equilátera.
Barthes, Roland [1970]. «Sobre la
teoría». En: Variaciones sobre la
escritura. Barcelona: Paidós, 2002.
Bourdieu, Pierre [1982].
Lección sobre la lección.
Barcelona: Anagrama, 2002.
Charlot, Bernard [1997]. La relación con el saber. Elementos para una
teoría. Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2007.
Foucault, Michel [1970]. El orden del discurso. Barcelona: Tusquets,
1977.
García
Calvo, Agustín
[1975]. Lalia. Madrid: Siglo XXI.
Hjelmslev, Louis [1943]. Prolegómenos a una teoría del lenguaje.
Madrid: Gredos, 1980.
Marx, Karl [1859]. Contribución a la crítica de la economía
política. México: Siglo XXI, 2005.
Sercovich, Armando [1977]. El discurso, el psiquismo y el registro
imaginario: ensayos semióticos. Buenos Aires: Nueva Visión.
Virno, Paolo [2003]. Cuando el verbo se hace carne. Lenguaje y
naturaleza humana. Madrid: Mapas: traficantes de sueños / Cactus, 2005.
Weber, Max [1919]. «La ciencia
como vocación». En: El político y el
científico. Madrid: Alianza, 2009.
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